
El cóndor andino es
una de las aves más grandes en el mundo
, está considerada en peligro de extinción en nuestro país y cercano al peligro a nivel mundial , pero
eso es algo que muy pocos peruanos saben
y si lo saben poco les interesa.
En un contexto en
el que la gran mayoría vive pendiente de quién ganará en el próximo desafío de
esto es guerra o quien le saca la vuelta a quien es casi una locura introducir
como tema de conversación la
preocupación que tenemos por nuestra fauna y peor aún por nuestro emblemático cóndor
andino. Esta inmensa ave no sólo fue admirada y adorada
por nuestros antepasados sino que hoy reúne
a turistas, fotógrafos ambientales, biólogos y curiosos en general que anhelan
expectantes una buena toma o registrar
aquello que consideran un espectáculo digno de ser admirado. Demos una mirada profunda entonces a esta tan maravillosa ave creada por Dios.
El cóndor andino (Vulturgryphus) no es depredador feroz ni agresivo y tiene una asombrosa capacidad para resistir el hambre y la sed, puede pasarse hasta un mes y medio sin comer al tiempo que conserva su vigor.
Esta ave puede alejarse centenares de kilómetros lejos de su lugar de residencia habitual en busca de alimento.Cuando un Cóndor localiza un cadáver comienza a volar en círculos, en poco tiempo se podrá ver como los demás Cóndores comienzan a acercarse. Son muy desconfiados para bajar a comer, pudiendo pasar algunos días hasta que se deciden a posarse cerca del alimento.
Existe una marcada jerarquía a la hora de comer, primero lo harán los machos adultos, luego las hembras adultas y más tarde los sub adultos y juveniles.

Este cóndor es un ave de grandes dimensiones. De longitud alcanza los 1.2 metros y las alas logran una extensión de 3.15 metros. El macho se distingue de la hembra por tener una cresta sobre la cabeza. Los machos llegan a pesar hasta 15 kilogramos; las hembras alcanzan los 11 kilogramos.
En Lima se le ha visto bajar hasta la costa, playas o balnearios, y en las colinas costeras. En la Patagonia también habita en las llanuras y baja hasta elevaciones a nivel del mar. En los Andes suele volar a 5000 metros de elevación.

Algo digno de aprender del Vultur Gryphus es que son aves de una sola pareja.
La temporada de cría varía de acuerdo a la localidad; en Colombia es de abril a diciembre mientras que en Perú indica durar de febrero a junio. Anida en los riscos y cuevas de las montañas. La nidada consiste de un sólo huevo, el cual es incubado por los dos padres por 54 a 58 días. El pichón es cuidado por ambos padres y aunque a los seis meses ya es del tamaño de los adultos, sigue siendo atendido hasta casi los dos años.
Los cóndores para algunos especialistas son buitres y para otros sólo existen dos tipos de cóndores, el californiano y el andino. Sea como fuere, sus certeros ojos siempre están atentos en busca de carroña que compone la mayor parte de su dieta. Prefieren alimentarse de animales grandes y al consumir sus cuerpos realizan una importante labor como barrenderos de la naturaleza. Estas aves carecen de las afiladas garras de los depredadores pero pueden atacar nidos en busca de huevos o incluso polluelos.
El cóndor andino es una especie amenazada, pero su situación es mucho mejor que la de su primo de California. Actualmente hay unos miles de cóndores andinos y los programas de introducción están trabajando para elevar su número pero en nuestro país aún no tenemos grandes avances al respecto. Hay iniciativas del grupo de ecologistas, amantes de la naturaleza o personas como nosotros interesados en difundir la información con el fin de crear conciencia en cada peruano de la importancia de su participación en el cuidado de nuestros hermanos menores, en este caso del Cóndor Andino.
El cóndor andino (Vulturgryphus) no es depredador feroz ni agresivo y tiene una asombrosa capacidad para resistir el hambre y la sed, puede pasarse hasta un mes y medio sin comer al tiempo que conserva su vigor.
Esta ave puede alejarse centenares de kilómetros lejos de su lugar de residencia habitual en busca de alimento.Cuando un Cóndor localiza un cadáver comienza a volar en círculos, en poco tiempo se podrá ver como los demás Cóndores comienzan a acercarse. Son muy desconfiados para bajar a comer, pudiendo pasar algunos días hasta que se deciden a posarse cerca del alimento.
Existe una marcada jerarquía a la hora de comer, primero lo harán los machos adultos, luego las hembras adultas y más tarde los sub adultos y juveniles.

Este cóndor es un ave de grandes dimensiones. De longitud alcanza los 1.2 metros y las alas logran una extensión de 3.15 metros. El macho se distingue de la hembra por tener una cresta sobre la cabeza. Los machos llegan a pesar hasta 15 kilogramos; las hembras alcanzan los 11 kilogramos.
En Lima se le ha visto bajar hasta la costa, playas o balnearios, y en las colinas costeras. En la Patagonia también habita en las llanuras y baja hasta elevaciones a nivel del mar. En los Andes suele volar a 5000 metros de elevación.

Algo digno de aprender del Vultur Gryphus es que son aves de una sola pareja.
La temporada de cría varía de acuerdo a la localidad; en Colombia es de abril a diciembre mientras que en Perú indica durar de febrero a junio. Anida en los riscos y cuevas de las montañas. La nidada consiste de un sólo huevo, el cual es incubado por los dos padres por 54 a 58 días. El pichón es cuidado por ambos padres y aunque a los seis meses ya es del tamaño de los adultos, sigue siendo atendido hasta casi los dos años.
Los cóndores para algunos especialistas son buitres y para otros sólo existen dos tipos de cóndores, el californiano y el andino. Sea como fuere, sus certeros ojos siempre están atentos en busca de carroña que compone la mayor parte de su dieta. Prefieren alimentarse de animales grandes y al consumir sus cuerpos realizan una importante labor como barrenderos de la naturaleza. Estas aves carecen de las afiladas garras de los depredadores pero pueden atacar nidos en busca de huevos o incluso polluelos.
El cóndor andino es una especie amenazada, pero su situación es mucho mejor que la de su primo de California. Actualmente hay unos miles de cóndores andinos y los programas de introducción están trabajando para elevar su número pero en nuestro país aún no tenemos grandes avances al respecto. Hay iniciativas del grupo de ecologistas, amantes de la naturaleza o personas como nosotros interesados en difundir la información con el fin de crear conciencia en cada peruano de la importancia de su participación en el cuidado de nuestros hermanos menores, en este caso del Cóndor Andino.


